LAS BASES DE DATOS DE BIOMÉTRICOS EN MÉXICO REVELAN ÁREAS
SIN PROTECCIÓN: IQSEC
La generación de una base de datos de biométricos, práctica que ya se ha generalizado en el sector financiero en México, revela áreas sin protección que obligan a promover mayores controles de seguridad en el manejo de información biométrica.
Toda institución que recopile información de carácter
sensible, como lo son las características biométricas, debe promover su
efectiva gobe-rnanza, desde la captación hasta el resguardo de ellos, para
evitar la filtración, la violación o el mal manejo de las bases de datos, que
día a día se exfiltran y se venden en el mercado negro o la llamada “dark
web”.
Tan solo en el primer trimestre del año se dio a conocer la
venta en un sitio dark de una base de datos de más de 97 mil usuarios bancarios
mexicanos, como parte de un total de 2 millones de tarjetas de crédito y débito
robadas en todo el mundo, algunas con fechas de vencimiento hasta 2052. Este
hecho se sumó a la filtración informada en febrero, de una base de datos del
Buró de Crédito, que data de 2016, que habría sido eliminada, sin el
procedimiento correcto.
“La generación de una base de datos biométricos no es algo
nuevo en México. De hecho, es una práctica generalizada en el sector financiero
desde 2017, a partir de la publicación del Anexo 71, de la Circular Única de
Bancos. Sin embargo, se han encontrado áreas de oportunidad que obligan a
promover mayores controles de seguridad en el manejo de información biométrica
para evitar poner en riesgo a los usuarios de cualquier servicio”, afirmó
Manuel Moreno, Chief Security Sales Enablement Officer.
Principales faltantes
Los principales faltantes en la seguridad de bases de datos
es la gobernanza en la información al momento de la captación; en el manejo y
resguardo, y en la eliminación de los mismos.
“El manejo de información, en sí, trae grandes riesgos que
aumentan ante la falta de control, definición de responsabilidades, roles y
procesos para gestionar y proteger los datos a lo largo de su ciclo de vida.
Más aun tratándose de datos biométricos, considerados sensibles, cuya
filtración detonaría consecuencias graves no solo para la organización o la
institución encargada de recopilarlos, también para el usuario mismo”, explicó
el experto en Ciberseguridad.
Los riesgos a los que estaríamos expuestos son la pérdida de
su privacidad, la suplantación de identidad, fraude y otros delitos. Mientras
que las organizaciones públicas o privadas podrían hacerse acreedoras a
sanciones legales y financieras.
En 2022, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la
Información y Protección de Datos Personales (INAI) reportó una recaudación de
$60,078,958 pesos en concepto de multas por infracciones a la Ley Federal de
Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (LFPDPPP).
“En consecuencia, en cada recopilación de datos, las
organizaciones, tanto públicas como privadas deberían adherirse a
certificaciones y estándares que promuevan su compromiso con las buenas
prácticas de gobierno de datos, como lo son las ISO/IEC 30107-3, 27001 y
27701”, refirió el Director de Habilitación de Ventas de Seguridad de IQSEC.
Herramientas de gobernanza, riesgo y cumplimiento (GRC) y de
administración de identidades (IGA) en conjunto, podrán dar certeza razonable,
que cada base de datos en manos de particulares o sujetos obligados, estén
seguros y disponibles para las personas adecuadas en el momento requerido.
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