En el Congreso Latinoamericano de Seguridad ASIS
México 2017, tuvimos la oportunidad de asistir a la conferencia “Seguridad en
eventos masivos”, impartida por tres grandes expertos en la materia: Víctor M.
Vergara, Fernando Polanco y Jorge Acatitla, quienes compartieron, con los
asistentes, buena parte de sus conocimientos.
Proporcionar seguridad en eventos masivos es una tarea
compleja, que no puede reducirse sólo a exigir el cumplimiento de normas y de
reunir la fuerza necesaria para disuadir
y contener a la multitud en caso de un comportamiento desordenado. Se requiere
de algo más: inteligencia y discernimiento.
La multitud en un evento masivo no es un enemigo al
que hay que contener, hay que mantenerla bajo una atenta vigilancia y dejarla
correr mientras se mantenga bajo control, pero pendientes para activar las
medidas para contenerla y canalizarla.
Un evento masivo implica la permanencia de una
multitud dentro un espacio confinado y por un tiempo limitado. En ocasiones el propósito
de la reunión lleva a una alteración emocional en los asistentes, lo que a veces
propicia un comportamiento un tanto irracional. Los eventos masivos generalmente
son espectáculos deportivos, artísticos y musicales.
Los riesgos de seguridad en un evento masivo no
provienen sólo de las posibles deficiencias de las estructuras en donde se
lleva a cabo, sino también del comportamiento de la multitud asistente, el
factor humano es el que provoca los actos y las condiciones de riesgo que pueden
derivar en accidentes, que generan lesiones en las personas y daños a las
propiedades.
Las medidas de seguridad en un evento masivo buscan proteger
a las personas, así como preservar la integridad de las propiedades que se
encuentran en el lugar del evento. Evitar riesgos corresponde al ámbito de la
seguridad física y la protección civil, y evitar daños corresponde a la
seguridad funcional.
A la seguridad física tradicionalmente se le ha dado
la mayor atención, pues se le atribuyen algunas grandes tragedias. Pero los
aspectos estructurales no son el único factor de riesgo en un evento masivo,
también lo es el comportamiento humano.
Es por ello que existen normas para regular los
aspectos estructurales de los inmuebles y así garantizar condiciones seguras
para las personas. También hay protocolos de evacuación en caso de una
contingencia, con medidas como el retiro de vallas. Este enfoque de seguridad
física obliga a que se realicen los eventos masivos sólo en estructuras que permitan
tener todas las facilidades de acceso, tanto de entrada como de salida.
También se ha impulsado la aplicación de medidas
enfocadas a regular y controlar el comportamiento de las multitudes, sobre todo
tratando de evitar actos de vandalismo. Entre estas medidas destaca la
aplicación de procedimientos exhaustivos de revisión de paquetes y personas, la
instalación de sistemas de videovigilancia y sistemas de identificación y localización
de alborotadores.
Es un hecho que las multitudes no razonan, y que los
individuos en masa no actúan de la misma forma como lo harían individualmente. Las
personas se escudan en el anonimato y se contagian de las emociones del grupo,
lo que en ocasiones conduce a la gente a cometer actos irracionales e incluso
violentos.
Por eso es conveniente que las medidas de seguridad no
se limiten a lo que puede hacer el personal dedicado a esta labor, sino que
involucren a todo el personal de servicio en el evento, taquilleros,
acomodadores y hasta vendedores. En eventos masivos como los partidos de fútbol
o conciertos, la tecnología se ha convertido en un aliado de los organismos responsables
de la seguridad.
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