CÓMO HACER UN PLAN FINANCIERO
Un plan financiero es la expresión en cifras de lo que se
espera de la empresa: Comprende la fijación de los objetivos, el estudio y
selección de las estrategias que se usarán para alcanzarlos, la colocación de
metas, etc.
Las empresas pequeñas normalmente funcionan sin ningún plan
explícito. Pero el empresario que se dedica a diseñar un plan financiero
(grande o pequeño, estará en gran ventaja respecto de aquel que se deja llevar
por los múltiples factores de azar que influyen en los negocios: Los barcos sin
timón por lo general terminan encallados.
Los objetivos también tienen distintos niveles de prioridad
y podríamos nombrar, entre otros a: La rentabilidad (es decir que sea más
conveniente invertir el capital en la empresa que depositarlo en un banco), la
eficiencia (rendimiento del capital y la mano de obra), el crecimiento en el
tiempo, las reinversiones, etc. Cada empresario tendrá sus propios objetivos y
prioridades, lo importante es definir de manera explícita cuales son estos.
En una pequeña empresa, donde el empresario hace las veces
de gerente, su casa la ocupa como oficina, su auto como vehículo de la empresa,
etcétera, es muy importante considerar que, aunque no cuesten dinero, todas
estas cosas no son “gratis”. Si no se les considera con su respectivo precio el
plan financiero estará fuertemente distorsionado.
Los elementos básicos del plan financiero para un pequeño
empresario son simples: Ventas, costos, gastos, utilidad bruta, impuestos y
beneficios (o utilidad neta). Sin embargo son sorprendentemente pocos los
pequeños empresarios que fijan metas y controlan estas variables regularmente.
Así es un milagro que muchas pequeñas empresas no quiebren y aún prosperen en
medio de la más absoluta falta de control y planificación.
Un pequeño empresario tradicional gasta el dinero a medida
que le va ingresando, ya sea de su capital propio, de préstamos o de las
ventas, y solo se da cuenta si el negocio anda bien o mal en la medida en que
le quede saldo a favor en su chequera a fin de cada mes.
Un buen empresario por otra parte estima detalladamente sus
costos y gastos, fijando un sueldo incluso a su propio trabajo, a partir de eso
estima cuanto debe vender como mínimo para cubrir sus costos (y no tener que
comerse el capital), es decir su “punto de equilibrio”. En base a éste dato
puede hacer su presupuesto que luego deberá ir controlando mensualmente para
saber como marcha el negocio. La mayoría de las quiebras se producen porque el
empresario no se da cuenta de lo malo que está ocurriendo hasta que ya es
demasiado tarde.
Existe una serie de “test ácidos” para determinar si un
negocio vale la pena o no, si su endeudamiento es o no aceptable, si vale la
pena mantener el volumen de inventario, etc. Se trata de “termómetros” que
marcan la buena o mala salud del negocio. La realidad es que los pequeños
empresarios rara vez hacen caso de estos indicadores y muchas veces deciden
seguir con negocios que dan todo tipo de señales de alarma con la esperanza de
que las cosas mejorarán en el futuro. No es la manera más lógica de llevar una
empresa pero si la más común, y muchas veces resulta debido a que el factor de
azar inherente a las empresas produce cambios dramáticos. Esto no quiere decir
que la planificación sea inútil, al contrario, pero si hay que tener en cuenta
que los indicadores numéricos no son infalibles y que no basta una buena
planificación para asegurar el éxito de una empresa. No basta, aunque ayuda
bastante.
El dinero es un recurso clave de la empresa y debe ser bien
administrado. Mientras más pequeña es la empresa más peligroso resulta el
derroche. Así toda la planificación anteriormente descrita debe servir de base
para proyectar el flujo de caja. El “flujo de caja” es el detalle de las
entradas y salidas de dinero del negocio y todo buen empresario sabe lo
importante que resulta tenerlo controlado. Muchos dejan esta vital tarea a los
bancos, fijándose solo en los saldos a fin de mes. Aunque el flujo de caja es
difícil de proyectar si se puede controlar diariamente lo que dará al pequeño
empresario una importante radiografía de la salud del negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario