jueves, 10 de marzo de 2022

 


EL PERSONAJE Y ACTOR MÁS IMPORTANTE EN EL CAMBIO Y LA TRANSFORMACIÓN NO ES EL GOBIERNO, SINO EL CIUDADANO. DAGOBERTO SANTIAGO

Dagoberto Santiago tuvo su primer contacto con la seguridad cuando entró a trabajar en la aviación, donde estuvo en contacto directo con todo tipo de incidentes y accidentes, formando parte del comité de investigaciones de accidentes de aviación. Así empieza a involucrarse en temas de seguridad aérea, aeroportuaria y prevención de accidentes aéreos.

Fue jefe de seguridad en Mexicana de Aviación, después trabaja en grupo GlaxoSmithKline (GSK), empresa británica de productos farmacéuticos. Aunque se resistió en un inicio a cambiar de área ya que su naturaleza era otra: “la del aeropuerto, los aviones, el espacio y hasta el olor a “turbosina”; decide cambiarse del mundo de la aviación al farmacéutico, donde es gerente de seguridad. “Esta seguridad era completamente diferente ya que se trabaja con productos activos de precios altos. Se manejaba productos controlados y la empresa estaba sufriendo una cadena de asaltos fuertes. Todo fue retos: eso me gustó y trabaje casi 11 años ahí”; nos comenta. A Dagoberto Santiago le gustan los retos, por eso cuando llamó a su puerta otra compañía ofreciéndole la posición de director de seguridad en una empresa con 45,000 personas aceptó y ahí sigue, 12 años después es director corporativo de PEPSICO a nivel México.

“La operación en México es importante y la dimensión a nivel nacional se ve como un riesgo, al manejar flotas grandes, y uno de los grandes apoyos para el trabajo es el contar con un buen equipo de trabajo y de empresas de seguridad privada”, dice. Agrega que actualmente cuatro compañías le brindan servicio a PEPSICO a nivel nacional, apoyadas del soporte tecnológico, ya que cuentan con su propio centro de monitoreo para más de 25,000 unidades.

El director corporativo reconoce que en su carrera no se involucró de lleno en la participación en asociaciones de seguridad corporativa por falta de tiempo, pero si lo hizo pasivamente. Y ahora, después de tantos años y con la experiencia acumulada, cree que puede aportar en pro de la seguridad corporativa y poner su experiencia a disposición de todos sus colegas. Actualmente es presidente de la asociación GEMARC (Grupo de Ejecutivos para Manejos de Riesgos Corporativos), cuyo principal objetivo es hacer networking con los colegas para que compartan experiencias y conocimientos. Los objetivos para esta asociación relativamente nueva que “le ha tocado navegar en medio de la pandemia”, dice, son crecer y acercar a otros profesionales de la seguridad a fin de mejorar las prácticas corporativas en el país y la cooperación con otras asociaciones de seguridad. “No somos seguridad pública, mi trabajo es proteger a la compañía, sus activos, bienes, nombre y principalmente a la gente que trabaja con nosotros. Pero es parte de la seguridad en general; afecta y tiene repercusiones con el medio en el que se desarrolla más allá de las cuatro paredes de las empresas”, afirma.

¿Qué le hace falta a México para reducir los niveles de inseguridad que se vive?, es una pregunta difícil y un tema complejo de abordar y para este profesional de la seguridad “hay gente capacitada, talentosa en el tema de la seguridad, pero es fundamental trabajar en la cultura de la legalidad. La ilegalidad se ve en todos los estratos, genera corrupción, crimen; se tiene que empezar desde la educación cívica. Las familias juegan un papel importante para el refuerzo del tejido social y debemos ser intolerantes ante cualquier muestra de ilegalidad. Se debe de trabajar en el caso nuestro desde seguridad corporativa, desde el interior de las empresas, llevarlo a nuestra casa y a la sociedad para ser un mejor ciudadano”, opina y no tiene duda de que “el personaje y actor más importante en el cambio y la transformación no es el gobierno, sino el ciudadano que puede aceptar o rechazar los actos ilegales”, concluyó Dagoberto Santiago.

 

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