CUIDADO CON LOS ACECHADORES EN INTERNET Y EN LA VIDA REAL
Si has visto la serie “You” en Netflix, entonces quizás te
hayas sorprendido al darte cuenta cómo en esta era digital los acosadores
eligen a sus víctimas. Lamentablemente, hoy en día Internet ofrece una gran
cantidad de alternativas para que los acosadores puedan hacerse de herramientas
para recolectar y almacenar cantidades de información sensible. La clave está
en saber cómo protegerse de individuos que intentan seguir de cerca cada paso
que damos y de los acosadores en Internet.
Recientemente, consulté a mis amigos en Facebook si alguno
estaría dispuesto a compartir conmigo historias propias relacionadas a casos de
acechadores cibernéticos para poder aprender cómo es que estos individuos
operan y así poder ayudar a otros a reducir los riesgos de convertirse en
víctimas de este tipo de personas. Si existe una palabra que resume cómo me
sentí cuando me enfrenté a los distintos casos de acoso de algunas de mis
amigas mujeres, esa palabra sería “escalofriante”.
El primer mensaje que recibí era de una amiga que me contó
que una vez fue a una granja para niños con su hija. Pasaron el día acariciando
a los animales y admitió que tomó un montón de fotografías (incluyendo selfies)
de su estadía que luego publicó en Instagram etiquetando a la cuenta de la
granja. Sin saberlo en ese momento, alguien más había estado allí viéndola
tomar estas fotografías y luego las buscó entre todas las fotos públicas que
tenían la etiqueta de la granja en Instagram. Unos días después, este hombre
comenzó a seguir su cuenta en las redes sociales. Puso “me gusta” e hizo
algunos comentarios generales en alguna de sus fotos, lo cual pensó que era
dulce, y luego comenzaron a chatear. Un par de semanas después y luego de
algunos mensajes que le permitieron darse cuenta que estaban en la misma
sintonía, se encontraron personalmente y ella se sorprendió por “cuanto más
tenían en común”. De hecho, todo estaba yendo “demasiado bien” hasta que
mencionó que estaba contento de haberla visto en la granja semanas atrás. El
hombre no había mencionado esto hasta ese momento y eso hizo que ella
inmediatamente se sintiera vulnerable, lo cual derivó en que inventara una
excusa y se fuera.
Pensar que alguien pueda notarte en algún lugar y que todo
lo que se necesita para luego tener la posibilidad de contactarte es que
alguien te vincule a una etiqueta geográfica, simplemente deja en evidencia la
importancia de mantener nuestras cuentas privadas, sobre todo si vamos a
“registrarnos” en tiempo real en un lugar.
En el post que publiqué en Facebook también pregunté a mis
amigos si activan la localización en tiempo real y la comparten con sus amigos,
ya que recientemente leí que muchos jóvenes permiten que todos sus amigos
puedan ver constantemente dónde es que están. Esto me llenó de preguntas, así
que quería saber por qué alguien querría hacer algo así y si estaban al tanto
de los posibles riesgos que esto involucraba. Como dato, mi esposa y yo podemos
ver la ubicación de cada uno de nosotros en cualquier momento en Find My
Friends, pero nadie más es capaz de ver nuestra ubicación exacta.
Una amiga de 28 años de edad me contó que cualquiera puede
ver dónde está. Si estás en su lista de contactos, simplemente es suficiente
con solicitar seguirla para poder ver dónde está en cualquier momento – y me ha
dicho que por el momento no ha rechazado la solicitud de nadie. Por lo tanto,
puedes ver cuando ella está en el trabajo, en el gimnasio, o incluso en su
casa. Esto realmente me asusta: ¿cuántos datos privados están dispuestos a
compartir los jóvenes con cualquiera?
Anteriormente, cuando trabajé en la Unidad Forense Digital
para la policía, fui testigo de hasta dónde estaban dispuestos a ir los
acechadores al momento de acosar a una víctima. Pude ver las búsquedas, incluso
los datos que eran capaces de recolectar de sus víctimas, lo cual no solo daba
miedo, sino que en algunos casos daban cuenta de la peligrosidad que
representan estos individuos.
El acoso en 2019 se ha convertido en una práctica sencilla.
Los datos de perfil que un extraño puede recopilar luego de hacer un
rastrillaje de un sitio web es enorme, pero muchos no consideran que esto
represente un riesgo. Sin embargo, todo lo que se necesita es que una persona
que tenga un comportamiento atemorizante se enamore de usted y que
potencialmente pueda ingresar a su vida.
Pero, ¿qué pasa si mantienes tu perfil cerrado y no aceptas
en tu vida digital a nadie que no conoces? Bueno, eso suena a una forma de
actuar mucho más segura, pero, ¿qué sucede con las ex parejas que se convierten
en acosadores (personas que se obsesionan con sus ex parejas)? Luego de ver
“You” en Netflix me di cuenta lo fácil que es para un acosador espiar la vida
de alguien si es o alguna vez fue, parte del círculo de confianza de la persona
acosada. Tales individuos puede que conozcan contraseñas compartidas, compartan
códigos de teléfonos o que incluso alguna vez hayan tenido acceso al teléfono
de la víctima para instalar una aplicación de rastreo sin que la víctima lo
note. Frente a una coyuntura de este tipo, puede ser una buena idea revisar las
apps instaladas en el dispositivo y eliminar cualquiera que no resulte
familiar. En el peor de los casos, habrás limpiado tu teléfono.
Muchas personas compartirían felizmente tales contraseñas e
incluso huellas dactilares para poder acceder al teléfono y otras cuentas de su
cónyuge sin pensárselo dos veces, pero ¿qué pasa si este acceso no es revocado
y avanzan más allá hasta leer los mensajes o verificar información relacionada
con la ubicación posterior a la relación? Una gran cantidad de preguntas del
tipo “qué pasaría si” me vienen a la cabeza.
A medida que avanzamos hacia una era de dispositivos más
inteligentes en la que la seguridad es responsabilidad de todos, debemos darnos
cuenta de que existe la posibilidad de que seamos nosotros mismos los que
filtremos datos y que para evitar eso debemos hacer todos los ajustes posibles.
Hacer que nuestras cuentas sean privadas es una obligación y también vale la
pena revisar periódicamente tus contactos y eliminar aquellos con los que no
interactúes más. Revisa que en tu teléfono no tengas ninguna aplicación que
permita a otros rastrearte y si crees que estás siendo rastreado, acosado o de
alguna manera monitoreado, no dejes pasar el tiempo y contacta a la policía de
forma inmediata.
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