ALMABA: HONESTIDAD Y LEALTAD, ANTE TODO
Sin duda, Corporativo Almaba es una de las empresas más
sólidas y prestigiadas del sector en nuestro país. Dirigida desde hace 17 años
por Lizett Almazán Villaseñor, la empresa ha logrado distinguirse, y
posicionarse, como una de las mejores opciones en el mercado nacional.
Hace algunos días visitamos sus instalaciones y platicamos
con la Lic. Almazán. Esto fue lo que nos dijo:
“A corto plazo, queremos seguir creando políticas internas
que nos permitan seguir dentro de un mercado bastante competido, deshonesto y
hasta desleal, en todos los sentidos, porque lo es. Se hacen muchos negocios
debajo de la mesa. Estas políticas deben permitirnos crecer y dar a nuestros
colaboradores esa calidad de vida que nos permita mantenernos en el mercado al
cabo de muchos años”.
“El ser una empresa de seguridad de segunda generación no es
nada fácil, hacer el cambio de generación en todo no es sencillo, pero el haber
librado bien esa etapa nos permitirá pasar a una tercera o una cuarta
generación con un crecimiento sostenido y, además, seguir aportando al país,
para mí eso es sumamente importante”.
¿Qué tan difícil ha sido trabajar en un ambiente dominado
por hombres?
“Mucho, mucho. Empezando porque en mi familia, mi madre era
un poco misógina, estaba hecha al estilo militar, y para que se diera que Yo
manejara la empresa se dieron muchas circunstancias internas, familiares más
que empresariales. Pero a partir de ahí ha sido una lucha constante, porque
creo que las primeras en tener problemas de misoginia somos las mujeres. Yo
creo que el principal reto no son los hombres, a ellos les cuesta trabajo
tratar con las mujeres, quizá porque somos más concretas, enfocadas, directas.
Yo creo que los hombres se la llevan un poquito más campechana. Las mujeres
somos un poquito más misóginas, nos cerramos más a que otras mujeres entren al
propio gremio, somos las que más nos cerramos las puertas y no permitimos que
otras mujeres entren, en lugar de abrirnos las puertas y ayudarnos. No lo
hacemos, solitas nos ponemos el pie. A veces las puertas las tenemos que tocar,
pero a veces las tenemos que empujar, y creo que las mujeres tenemos que
empujar las puertas. Es cierto que ha sido difícil, pero ha valido la pena”.
¿Alguna vez ha sido rechazada por ser mujer?
“Sí, que no me reciban por ser mujer, sí, muchas veces.
Muchas puertas se me han cerrado por ser mujer, sí. Porque no hay confianza por
ser mujer, y casi te preguntan tú de dónde vienes, y además porque yo no vengo
de la policía, netamente soy empresaria de la iniciativa privada, no soy
expolicía o exmilitar, y eso me ha costado un poco de trabajo, pero eso me ha
enseñado muchísimo. Yo creo que verdaderamente me ha dado más tenacidad para
entender un poco mejor este sector, y valorarlo.
Me gusta mucho lo que hago,
aprecio mucho lo que hago”.
¿Hace más de 20 años, cuando empezó a trabajar en la
empresa, pensó que llegaría a dirigirla?
“Siempre lo quise y nunca pensé que lo iba a conseguir. Sí
lo quería, sí lo veía. En la casa lo veía con mi papá y desde que pude hacerlo
me le pegaba, iba a recursos humanos, o me metía en contabilidad. Yo me metía y
no les agradaba mucho que dijéramos y en la medida de lo posible trataban de
sacarme, y eso me hizo ser más tenaz, no sé si necia o tesonera, pero eso me
hizo quererlo más”.
¿Se arrepiente? ¿Ha valido la pena todo el esfuerzo?
“No, no me arrepiento de nada. Ha valido la pena. Yo creo
que podemos trascender y trascendemos por nuestros actos, y más cuando lo que
hacemos lo hacemos con convicción y con amor, y cuando hacemos las cosas así
las hacemos mejor. Yo creo que Almaba ha sido un semillero de gente buena, de
Almaba ha salido gente muy buena y se ha colocado en otras empresas. Creo que
eso es bueno, creo que la empresa tiene mucho más para dar, y muchos años más
para dar”.
¿Qué sucede cuando encuentra que para conseguir un cliente
tiene que recurrir a la corrupción?
“Normalmente no proporciono los servicios. Cuando ha sucedido,
y sí ha sucedido, nosotros terminamos no dando el servicio. Eso ha mermado un
poco nuestro crecimiento. Nosotros no hemos crecido al paso agigantado de
muchos otros porque nosotros no tendemos a bajar precios ni a dar dinero por
tener los servicios. Nosotros no crecemos a un ritmo tan acelerado porque
preferimos no entrar en eso. Sí, hay quienes piden dinero, pero no todos,
porque también hay gente honesta que quiere tener buenos servicios, pero muchos
otros no. Esto se da en todos los sectores, no nada más en la seguridad. La
corrupción es algo que está matando al país, ha evitado que el país crezca de
manera general, entonces nosotros evitamos ese tipo de situaciones. Hay cosas
con las que simplemente no juego, no juego”.
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