DIFERENCIAS ENTRE AMENAZAS Y RIESGOS A LA SEGURIDAD
Por Héctor Hernández Álvarez
En efecto, comenzaré este análisis por describir a los
riesgos. Los cuales se definen como probabilidades de afectación dada una
coyuntura de elementos a los intereses de un ente público o privado. Es decir,
dependerá principalmente, aunque no únicamente, de factores externos y su
combinación entre sí. Pudiéndose tratar de elementos sociales, económicos,
naturales, políticos; entre otros. Para ejemplificarlo en el caso del sector
privado, imaginemos que una empresa dedicada al autotransporte tiene interés
por ingresar a un mercado cuyo territorio ha sido recientemente afectado por la
inseguridad; particularmente, por el robo al autotransporte.
En efecto, se puede hablar de un riesgo para la integridad
del personal operativo de las unidades transportistas y de los propios clientes
o usuarios de las unidades. Por lo que la empresa en cuestión podría cuestionar
la viabilidad de incursión en ese nuevo mercado. Aunque, teóricamente la
demanda haga pensar que sería un buen negocio, no hay garantías de que este
prospere si no se atiende ese riesgo. En este caso es interesante observar de
qué manera un problema que de origen es de seguridad pública, se convierte en
uno de seguridad privada en caso de que la empresa se aventurara a ingresar en
el citado mercado.
En este caso, no sabemos si las condiciones de inseguridad
se mantendrán iguales, si mejorarán o empeorarán. Jugar con la incertidumbre
puede ser una tarea únicamente para temerarios en situaciones semejantes. En el
caso de los riesgos, la mejor manera de atacarlos es tomar medidas preventivas
y de mejora de procesos organizacionales para evitar en buena medida las
probables afectaciones.
Por su parte, las amenazas se definen como acciones
concretas que pueden afectar de manera significativa los intereses de una
entidad pública o privada. En otras palabras, las amenazas tienen un efecto
negativo mucho más real y mucho más rápido en los intereses de una organización.
Para ejemplificarlo, tomaré un caso referente a la
ciberseguridad. Imaginemos que una empresa dedicada a la protección de datos
personales ha detectado el intento generalizado de intromisión a sus bases de
datos por parte de espías informáticos que provienen de diferentes partes del
mundo. Esta red de nuevos atacantes supone una amenaza directa a los intereses
de la organización en cuestión.
Para los casos de amenazas a la seguridad, las medidas a
tomar ya no son preventivas como si se trataran de riesgos, sino correctivas y
de contención. Cabe mencionar que su efectividad dependerá del grado de
afectación y de las fortalezas de la organización para hacer frente a las del
atacante.
La respuesta a las amenazas debe ser efectiva y en un corto
periodo de tiempo para prevenir futuros riesgos.
En efecto, tanto los riesgos como las amenazas son normales
en un mundo competitivo y con valores sociales relativos. En este sentido, las
organizaciones públicas o privadas exitosas se distinguen por fortalecerse
internamente para prevenir vulnerabilidades.
¿Cómo prevenir vulnerabilidades? La respuesta se compone de
tres elementos fundamentales:
1. Fortalecerse internamente: mejorar procesos de la
organización, crear lazos fuertes de confianza y de codependencia entre los
miembros para la mejora institucional, manejo efectivo de los recursos
materiales y humanos, fomento de la capacitación y actualización constante del
personal.
2. Conocer al otro (enemigo, adversario o competidor): estar
consciente de sus fortalezas y debilidades, ejercer acciones disuasivas para la
prevención de riesgos y amenazas, conocer sus procesos internos y encontrar
vulnerabilidades.
3. Reconocer y familiarizarse con el terreno de acción
(territorio, mercado o área de influencia): se refiere a las acciones basadas
en conocer profundamente a la audiencia objetivo, al mercado o zona de
influencia. Destacar las características positivas y negativas del medio dadas
las propias fortalezas y debilidades; sacar provecho del dominio de la zona de
influencia para alejar, disuadir o enfrentar amenazas y riesgos latentes.
Ciertamente, la seguridad absoluta no existe, pero quien
sepa desarrollar los tres conceptos antes mencionados, tendrá ventajas
competitivas que lo fortalecerán. Por lo cual, lo harán menos vulnerable ante
riesgos y amenazas que conllevan múltiples efectos no deseados.
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