miércoles, 16 de noviembre de 2022


NO HAY MEJOR INVERSIÓN

Si una sociedad desea progresar, una de sus prioridades debe ser la inversión en educación

Por Guadalupe Morales Rubio

El reto parece sencillo, no obstante, como maestra de profesión sé perfectamente que lograr la permanencia de niñas y niños en la escuela y alcanzar el éxito educativo conlleva atender diversos problemas, desde aquel alumnado que llega sin desayunar por falta de recursos, hasta aquellos que no tienen pupitres para poder tomar sus lecciones.En este contexto, a principios de 2022, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México mandó quizá uno de los mensajes más trascendentes de su administración, aunque de los menos difundidos: daremos rango constitucional a las becas y los apoyos para mantenimiento de las escuelas de educación básica.

Si bien, desde 2019 en esta ciudad existen programas que lo garantizan, llevarlo a nuestra Carta Magna, aparte de blindarlo, deja clara la primacía y compromiso con la educación.

Se suele pensar que frases así sólo son parte de algún discurso, que se dicen para ganar atención mediática o adeptos de alguna causa sensible; pero en este caso es mucho más, es evidencia de una forma de hacer política, en el marco de un proyecto que se basa en evidencia científica y que tiene como propósito poner el dinero público donde más beneficia a la sociedad.

José Martí decía: “hacer es la mejor forma de decir” y fue justo así como Claudia Sheinbaum, el primero de febrero de este año, envió al Congreso de la Ciudad la Iniciativa de reforma a la Constitución local que está por analizarse, discutirse y, que estoy convencida, será aprobada.

¿Por qué invertir el dinero público en transferencias seguras y periódicas a las y los alumnos, así como para dotar de recursos para el mantenimiento de las escuelas con la participación de madres y padres de familia? Porque así se logrará disminuir la probabilidad de deserción escolar en espacios dignos para aprender.

Se trata de un esfuerzo sin precedentes, para 2022, con un presupuesto autorizado por el Congreso de 5 mil 432 millones 797 mil pesos se está logrando una cobertura universal al millón 250 mil niñas y niños inscritos en las escuelas públicas de nivel básico, otorgando apoyos de 500 pesos para el nivel preescolar, de 550 pesos para primaria y secundaria, y de 600 pesos para los Centros de Atención Múltiple, es decir, a las escuelas para niñas y niños con discapacidad.

Por otro lado, con el sello propio de este gobierno, se determinó que por primera vez, todas las escuelas públicas de educación básica debían recibir un apoyo para mantenimiento básico (impermeabilización, pintura, plafones, instalaciones eléctricas, muebles de sanitarios, etc.), contando con un presupuesto de 350 millones de pesos para que hubiera disponible, al menos, un apoyo de 55 mil pesos para cada uno de los 2,798 planteles públicos de ese nivel educativo.

Si consideramos que el presupuesto total para este ejercicio fiscal fue de cerca de 235 mil millones de pesos, la inversión total para garantizar estos derechos es de apenas el 2.7% del dinero público, y ahí surgen las preguntas ¿en serio se puede estar en desacuerdo? ¿habrá grupos que se opongan a que estos derechos y obligaciones tengan rango constitucional?

El garantizarlos se traduce en que nuestras niñas, niños y adolescentes tengan recursos para sus comidas, para comprar papelería o herramientas tecnológicas, motivándolos con ello a estudiar, al asegurarles también espacios más cómodos y seguros.

Estoy convencida de las bondades de este proyecto, segura de que no hay mejor inversión; pero no basta, es tiempo de sumarse a las mejores causas y esta es tu invitación.

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